Nuestro nombre
Los Hermanos fundadores de la Logia pensaron que la figura de San Jordi, presente en la historia de Cataluña y siendo su Patrón, era la más apropiada para unir el espíritu masónico con la idiosincrasia del pueblo catalán.
En 1379 se crea en el Mediterráneo la Orden de los Caballeros de San Jordi. Los que sobrevivieron después de mil peripecias volvieron a Cataluña y muchos de ellos se establecieron en Girona. Una de las razones porque las Tenidas de nuestro Taller se hacen el sábado, emulando a estos Caballeros, es que en esta Orden vestían sus hábitos y hacían sus reuniones los sábados, tal y como lo hace ahora mismo la Logia San Jordi.
El nacimiento
La Logia San Jordi ejerció un papel fundamental en la introducción de la Masonería en España ya antes del 1979. Nació el 11 de noviembre de 1978 con el número de inscripción 227 en el registro de la G.L.N.F. (Gran Logia Nacional Francesa) al oriente de Perpignan (sur de Francia). A partir de este momento empieza realmente la masonería regular en España y por primera vez con el rito de Emulación.
En aquellos momentos todavía existía en el Estado Español el «Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo», creado por el régimen del dictador Franco. No fue hasta un año después del nacimiento de San Jordi, y gracias a una sentencia del la Audiencia Nacional de Madrid de mayo del 1979, que se pudo legalizar nuestra Orden.
Los Hermanos españoles y franceses que celebraron la primera Tenida de nuestra Logia asumieron la responsabilidad de una nueva época de la masonería en España y más concretamente en la masonería en Cataluña.
Se tuvo que esperar cuatro años más, hasta la creación de la G.L.E. (Gran Logia de España), el 1982. La R. L. San Jordi fue inscrita a su registro general como la número 2 y la primera al practicar el Rito de Emulación.
A la Tenida de San Jordi del 20 de noviembre de 1982, el Venerable Maestro de la Logia dijo:
«Exhorto a los hermanos de esta Logia a obrar con la máxima diligencia para fortalecer, enriquecer y apoyar a la Logia de San Jordi n.º 227, ahora acontecida en n.º 2 bajo los auspicios de la Gran Logia de España, cuña de la expansión de la Masonería a nuestro país desde la nueva época de la libertad.»
Quiénes somos
Después de la etapa francesa, en 1980 la Logia San Jordi se traslada a la ciudad de Girona, un lugar milenario por la edad de sus piedras y sus tradiciones ricas en cultura e historia. El lugar elegido era justo en medio del barrio judío de la ciudad, en Isaac el Cec, muy cerca de la Catedral gótica, las primeras piedras de la cual habían sido colocadas en tiempo del Emperador Carlomagno. Actualmente aún nos reunimos el tercer sábado de cada mes, en la ciudad de Girona.
Todos los Venerables Maestros de San Jordi han expresado su firme deseo de exigir a los Aprendices, Compañeros y Maestros, que tengan un conocimiento exacto del Rito como ejercicio intelectual.
El trabajo bien hecho y el perfeccionamiento de los Hermanos de San Jordi en nuestro arte, ha hecho posible la creación otras Logias de Emulación en toda España y somos un ejemplo de la práctica de la masonería en Girona.
En este sentido, habría que decir que casi todos los Hermanos que hicieron posible la vida en los primeros años de la Logia San Jordi y de la masonería en España, ayudaron también a levantar pilares en los lugares más lejanos del territorio español, consagrando Talleres por toda nuestra geografía.
Los Hermanos de nuestro Taller también han participado y participan actualmente en la parte administrativa de la Orden, ejerciendo cargos de responsabilidad y de representación tanto en la G.L.P.C. (Gran Logia Provincial de Cataluña) como la G.L.E. (Gran Logia de España).
Desde la primera Tenida en Perpiñán hasta hoy han transcurrido 44 años y en este período de tiempo todos los Hermanos que pertenecen a San Jordi, o lo han sido, o ya descansan en el Oriente Eterno, han puesto los cimientos para levantar columnas sólidas que hacen de esta Logia un fuerte e iniciático referente para la masonería de este país y también por las Logias de Girona.
La R.L. Sant Jordi es una digna representante de la masonería española y catalana, con el prestigio de haber nacido en tiempos de ilegalidad y exilio y llevar más de 400 Tenidas en sus 44 años de existencia continuada.
Qué hacemos
La R.L. Sant Jordi número 2 es una Logia Regular que trabaja con el Rito de Emulación.
Regular quiere decir que está reconocida por la UGLE, no admite la presencia de mujeres y que cree en un ser superior, un principio creador, el cual denominamos simbólicamente Gran Arquitecto del Universo, independientemente de la interpretación personal de cada uno.
Pertenece a la G.L.P.C. (Gran Logia Provincial de Catalunya). Esta depende de la G.L.E. (Gran Logia de España), que a su vez está reconocida por la Gran Logia Unida de Inglaterra.
La Logia está ubicada al Oriente de Girona y utiliza indistintamente el idioma catalán y el castellano. Está formada aproximadamente por 20 miembros de diferentes edades, provenientes actualmente de Cataluña, Italia, Brasil, Luxemburgo y Argentina, con variados perfiles profesionales como arquitectos, abogados, consultores, ingenieros, empresarios, mossos d’esquadra, médicos, artistas pintores y escultores.
La Logia es un espacio privilegiado por el diálogo y un Templo donde se trabaja para conseguir una sociedad libre, igualitaria y fraternal, practicando el respeto, la armonía y la tolerancia.
Para afiliarse a la Logia se tiene que pasar por una entrevista hecha por dos Maestros masones que se denomina “Aplomación”. Este tipo de informe se presenta a los Hermanos, los cuales votan democráticamente el ingreso del nuevo miembro.
Es en la Logia donde se hace el encuentro denominado Tenida para practicar el Rito de Emulación. Este es muy intimista, puesto que cada Hermano reflexiona sobre los mensajes contenidos en él mismo, expresados en forma de alegorías y enseñado por símbolos. Forma parte del trabajo en el Taller, el estudio de las herramientas de cada grado, que de forma simbólica se entregan a los Hermanos. La mayoría de los Trabajos en Logia se realiza de memoria, característica del Rito de Emulación.
En Emulación es muy importante, puesto que forma parte del propio Rito, «el Ágape fraternal», que cierra la Tenida una vez se ha hecho el último brindis reglamentario. Durante este Ágape cada Hermano aporta reflexiones, opiniones y pensamientos susceptibles de enriquecer al resto de Hermanos.
El crecimiento personal sé hace realidad con la constancia del trabajo en la Logia, con la relación entre los Hermanos y con la voluntad de construir un edificio personal mejor y más equilibrado moral y éticamente.
Durante el curso masónico, que dura 10 meses, se celebran diferentes Ceremonias además de las Tenidas normales. Se trata de los rituales específicos para ser Iniciado o pasar de grado. La Logia es la «unidad masónica» que tiene la propiedad de poder iniciar a un candidato; es totalmente soberana en este sentido.
Cuando no hay Ceremonias, y como complemento de los trabajos del ritual, un Hermano de la Logia desarrolla un trabajo sobre un tema concreto y donde los hermanos añaden comentarios por un enriquecimiento de todos. Todas las intervenciones de los Hermanos, tanto al Ágape como en los trabajos en Logia, así como su participación en general, tienen que seguir una norma vital en masonería: no se trata ni de religión, ni de política.
El ejercicio habitual de la masonería lleva a los Hermanos a reconstruirse de nuevo, creando cimientos que los hacen poner a la práctica las principales virtudes morales y sociales. Respeto, prudencia, justicia, generosidad, integridad, su algunos de los valores que quedan grabados a medida que se va puliendo la piedra individual.
A cada Tenida se recoge un fondo monetario para su uso en solidaridad o por la ayuda a un Hermano necesitado.
Una consecuencia del Trabajo masónico es la mejora del hombre hacia su entorno, practicando varias actividades sociales como la difusión cultural, la solidaridad o el voluntariado, sin esperar nada a cambio.
A lo largo del año hay otras actividades fuera del ámbito más ritualístico:
- Con la familia, haciendo comidas o cenas, en el campo o en un restaurante, para disfrutar todos juntos.
- Recogidas de alimentos o de recursos monetarios para dar a diferentes instituciones.
- Encuentros entre Hermanos por el perfeccionamiento de los trabajos en Logia.
- Cuidado de los Hermanos o de su familia en caso de necesidades.
- Encuentros con otras Logias.
- Viajes en todo el estado o de Europa para enriquecernos culturalmente y masónicamente.
- Reuniones con otros Hermanos y familiares, por nuestro conocimiento mutuo.
- Tenidas «especiales» con visitantes de todas partes, organizando excursiones, visitas culturales guiadas y comidas para las familias.
- Ponencias y conferencias.
La masonería no es una institución benéfica y por extensión, a pesar de ser soberanas en sus actos, las Logias tampoco lo son. Alimentados por las enseñanzas masónicas de ética y moralidad, son los Hermanos que, de una forma totalmente altruista, proponen acciones o actividades dirigidas a poner en práctica estas virtudes aprendidas.
De forma individual o colectiva, invitando a participar a las familias y al entorno más inmediato, siempre con un carácter discreto y totalmente voluntario, se llevan a cabo varias actividades. Las hemos clasificado según su objetivo.
El Rito de Emulación
El Rito de Emulación es un rito que quiere ser sencillo, puro, basado únicamente en la simbología del arte de los constructores, desprovisto de añadidos y artificios.
El hermano iniciado en el Rito de Emulación se caracteriza por un especial apego al conocimiento y dominio del propio Ritual, dado que es éste el que dibuja el marco y contenido de las Tenidas. Se puede definir este Rito como intimista ya que es a través de la práctica y el estudio del Ritual que el Iniciado incorpora y reflexiona sobre los muchos mensajes contenidos en los textos de apertura y cierre de los «Trabajos» de la Logia, así como en los textos correspondientes a las ceremonias de iniciación, pase el segundo grado de Compañero y elevación al tercer grado de Maestro Masón.
El Rito de Emulación traza un camino a practicar, en un principio y aparentemente, sin la ayuda exterior del análisis y explicaciones provenientes de los demás hermanos. Hay que vivir el Ritual y las Tenidas.
El trabajo masónico se representa como un psicodrama que deja una profunda huella en la mente y corazón del hermano, siempre que esté receptivo. A veces puede resultar desconcertante o difícil este camino para el hermano que espera obtener explicaciones de los más antiguos, al considerarlos más experimentados. Se le puede ayudar a identificar una parte de los «Landmarks» ( los Antiguos Deberes, Usos y Costumbres) que deberá mantener, pero el camino es individual y personal, lo cual exige un esfuerzo introspectivo y de autocrítica intimista a los masones que practican el Rito de Emulación.
La progresión de Aprendiz a Maestro se funda en la comprensión, en el silencio interior y en el conocimiento profundo de las herramientas del grado. El acento se pone en el trabajo personal de la piedra bruta, símbolo del compromiso moral y su perfeccionamiento.
A diferencia de otros Ritos, no todo el trabajo masónico se realiza exclusivamente durante la Tenida. En el Rito de Emulación cobra una excepcional importancia el ágape fraternal que sigue a la Tenida Abierta y que, de hecho, no concluye hasta que se celebra el último brindis o «Brindis del Retejador».
El ágape, forma parte de la Tenida y por lo tanto tiene sus propias reglas. Su marco exterior son los brindis y el orden establecido del uso de la palabra de cada hermano. El marco interior lo conforman las palabras que aquel pronuncia, bajo la dirección del Director de Ceremonias y de acuerdo con el Venerable Maestro.
Durante el ágape, todo miembro de la Logia puede y debe aportar opiniones y reflexiones susceptibles de enriquecer a los demás. No hay indicaciones previas sobre los temas de los «Trabajos» en el ágape, pero pueden significar, bien llevados, una gran ayuda para orientar a los Hermanos en el camino de ser un buen masón.
Fuente: Gran Logia de España